Francisco Rodríguez-Burns/Primera Hora
“¿Quieres drogas?”. “Sí, manteca”. “¿Cuál quieres de $3 o de $10?”. “Dame la de $3”.
“Mi agente encargado se comunica conmigo. Me llama a la oficina, me dice lo que vamos a hacer y donde vamos a ir. Me da las instrucciones y voy a comprar la droga. Compro la sustancia con audio y vídeo y después de la transacción regreso a la oficina para entregar la droga”, indicó el testigo a preguntas de la fiscal federal Olga Castelló.La conversación se desprende de un vídeo que tomó un
informante de la Administración Federal Antidrogas (DEA) durante un operativo encubierto realizado el 18 de abril de 2008. La pieza de evidencia se mostró hoy en la mañana durante el juicio que enfrenta el notorio Ángel Ayala Vázquez, mejor conocido como Angelo Millones, y su medio hermano Luis Xadiel Cruz Vázquez por cargos de lavado de dinero y narcotráfico en el Tribunal Federal del Viejo San Juan.
El informante, que testificó mientras se mostraban las imágenes de la operación encubierta, había sido un dueño de punto de drogas que comenzó a cooperar con las autoridades en junio de 1999. El colaborador federal ha sido utilizado para comprar sustancias controladas y documentar las transacciones a través de aparatos de grabación.
Las imágenes del vídeo confirman datos aportados por otros testigos sobre la manera en que operaban los puntos de drogas del residencial José Celso Barbosa de Bayamón, el antiguo feudo de Angelo Millones.
En uno de los edificios del residencial se vendía crack, marihuana y cocína. Mientras en otra estructura residencial del complejo de apartamentos se realizaban las transacciones de heroína, la cual se conoce en el bajo mundo como manteca.
Tal como habían indicado algunos testigos y como se muestra en las imágenes del vídeo en las entradas de ambos edificios se había colocado un portón de acero que contenían aperturas que facilitaban la entrega del dinero y la droga. En el vídeo se muestra cuando el informante, primero acude a uno de los edificios para comprar 15 cápsulas de crack y una bolsa de marihuana y acude a la segunda edificación para obtener la heroína.
Según el testimonio ofrecido por una ex vendedora y vigilante de Celso Barbosa, Maribel Olivo, los portones habían sido colocados para atrasar la entrada de la Policía a los edificios ante la eventualidad de algún allanamiento. Se había coordinado un plan en el complejo para que los vendedores de los puntos de drogas arrojaran su mercancía dentro de los inodoros de ser notificados de algún operativo en proceso.
También durante la mañana de hoy se presentó un vídeo en que un sujeto de la organización de Angelo Millones le dio correazos a un policía cuando varios agentes le solicitaron que abriera un vehículo blanco aparcado en el complejo. En el incidente, que se registró el 13 de marzo de 2009, el sujeto se fuga de la Policía entrando a un edificio cuando los agentes intentan detenerlo. También muestra a Cruz Vázquez, mejor conocido como “el Mono”, hablando con un oficial de la Policía.
"El le dice al teniente que va a entregárselo ya que estaba en un apartamento del edificio”, indicó Olivo, mientras era contrainterrogada por el abogado de defensa de Cruz Vázquez.
El sujeto, mejor conocido como “Olmo”, logró eludir a la Policía escapándose por un balcón del edificio.
Aparentemente, la fiscalía mostró el vídeo para tratar de evidenciar la impunidad con la cual operaba la organización de Angelo Millones. Aunque el abogado de defensa de “el Mono” trató de precisar que su cliente no había cometido delito alguno mediante las preguntas que le realizó a Olivo.
El informante participó en otro operativo también de encubierto en Barbosa el 17 de Julio de 2008, pero en esta ocasión la transacción se realizó debajo de una carpa blanca que había sido colocada en un área comunal abierta.
“Estaba tensa cuando fui no confiaba mucho en mí, no sé, quizás era parte de su protocolo. Yo me subí la camisa para decirles que todo estaba claro. Él (vendedor del punto) me dijo que no había problema, que él andaba armado y me preguntó si quería ver su pistola”, sostuvo el testigo, quien acudió al centro de distribución de sustancias para comprar cápsulas de crack.
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