Las víctimas de quinta masacre del 2011 tenían entre 26 y 29 años
Por Osman Pérez Méndez / operez@elnuevodia.com
La tranquilidad del barrio Valenciano se vio quebrada anoche primero por una feroz balacera, luego por las sirenas de las patrullas, y finalmente por el llanto desconsolado de familiares de los tres hombres que fueron acribillados hasta la muerte dentro de un auto en esa zona rural de Juncos.
Hoy en la madrugada, casi a la 1:00 la Policía recién comenzaba a recoger la gran cantidad de evidencia que quedó regada por el tramo de la PR-919, que tuvo que ser cerrada por horas, mientras los agentes de la Uniformada, auxiliados por reflectores, hacía su labor investigativa.
Y parecía que tenían trabajo para rato, a juzgar por la cantidad de cartoncitos amarillos enumerados que cubrían toda la calle. La secuencia llegaba hasta el número 78, pero agentes en la escena aseguraron que el número de disparos era superior a esa cifra. Esta madrugada habían identificado por lo menos tres calibres distintos de bala allí. Esta es la quinta masacre del año.
El auto objeto del ataque, un Mitsubishi Lancer blanco, quedó baleado por todos lados. Sus tres ocupantes murieron víctimas de múltiples impactos, según reveló en la escena la coronel Lillian Rivera Molina, jefa interina de la región policial de Caguas, quien anoche tuvo que abandonar una actividad deportiva comunitaria para acudir a la escena de la masacre.
“Se recibió una querella a través del sistema 9-1-1. Alguien avisó que habían sentido detonaciones en el barrio Valenciano y al llegar los agentes se encontraron el carro lleno de perforaciones”, dijo Rivera.
Los occisos fueron identificados como Luis Omar Hernández Torentino, de 26 años y quien estaba en el asiento del conductor; José Ricardo García Oquendo, de 26 y quien ocupaba el asiento de pasajero al frente; y Rafael Suárez Flores, de 29 y quien iba en el asiento trasero. Todos eran vecinos del lugar, por lo que había gran conmoción entre las decenas de personas que observaban la tragedia detrás de las líneas colocadas por la Policía.
A algunas de esas personas por momentos se les escuchaba llorar y lanzar dolorosos quejidos.
Trascendió que al menos uno de los muertos en la que fue la quinta masacre del año tenía antecedentes criminales por drogas. Esta madrugada la Policía investigaba si alguno de los otros dos también tenía pasado criminal. Según reveló un familiar, otro del trío habría tenido antecedentes, algo que los agentes intentaban corroborar.
Por el momento, no había pistas sobre quiénes y por qué motivos habrían desatado el fatal tiroteo.
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