Testifica que compró droga y lo muestra con videos. Fotos y vídeo
Por Limarys Suárez Torres /lsuarez1@elnuevodia.com
Un informante de la Administración Federal Antidrogas (DEA) narró ayer, durante el juicio por narcotráfico contra el presunto capo Ángel Manuel Ayala Vázquez, conocido como Ángelo Millones y su medio hermano Luis Xadiel Cruz Vázquez, alias ‘El Mono’, sobre cómo operaban los puntos de drogas en el residencial público José Celso Barbosa.
Dos videos de dos operaciones encubiertas realizadas por el informante, quien es convicto por narcotráfico, fueron mostrados ayer al jurado en la sala del juez federal Juan M. Pérez Giménez, y en las imágenes se observó a los vendedores de los puntos de drogas encapuchados y despachando los narcóticos a través de un portón con rejas de acero.
“Estaban (los vendedores) en una escalera donde había un portón de reja y por ahí se pedía. Eran individuos con las caras tapadas. Les pedí 15 cápsulas de crack y una bolsa de marihuana y le pregunté por heroína pero me dijeron que estaba al frente en el otro edificio. Crucé hasta el otro edificio, que estaba igual con un portón, y compré la heroína”, sostuvo.
El informante indicó, a preguntas de la fiscal federal Olga B. Castellón, que su labor consistía en ir a los puntos de droga, con equipo escondido de audio y video, y una vez allí comprar los narcóticos y luego ir a la oficina de la DEA y entregar la droga junto a la grabación.
El 18 de abril de 2008 el informante acudió a Barbosa y en la grabación se escuchó al testigo preguntar por droga.
“¿Ese pastito (marihuana) corre bien?” “Si, es bueno”. “Pues dame una bolsita”. “¿Tienes manteca (heroína)?” “Eso es al frente”, fue la conversación del colaborador federal con los vendedores presuntos empleados de Ángelo Millones.
La fiscal federal Castellón mostró otro video de una transacción el 17 de julio de 2008, pero esta vez la compra se efectuó bajo una carpa frente a los edificios del residencial.
“Ese día el ambiente estaba tenso. Cuando fui no confiaron mucho en mí, no sé, quizás era parte del protocolo. Cuando me subí la camisa para decirles que estaba claro él (vendedor) me dijo que no había problema, que él andaba armado y me preguntó si quería ver su pistola”, detalló el informante de la DEA, quien fue ese día a comprar cápsulas de crack.
El testimonio del informante corroboró a la testigo Maribel Olivo Rivera, una ex vendedora y vigilante de los puntos de droga que presuntamente le pertenecían a Ángelo Millones, y que el jueves testificó que los puntos eran en las escaleras de los edificios 14 y 15 de Barbosa y que habían portones de metal para proteger a los vendedores y la droga.
“Ángelo Millones ordenó poner el portón en el edificio 14 y 15 porque así era más seguro para que los agentes no pudieran coger a los tiradores. En cada portón había dos tiradores. Se vendía heroína y cocaína en la entrada del (edificio) 14 y en el 15 crack, marihuana y los cigarros, los ‘fili’”, indicó Olivo Rivera durante su testimonio corroborado ayer por los vídeos.
Con el testimonio del informante de la DEA culminó la primera semana de juicio contra Ángelo Millones y su hermano materno El Mono por conspiración para poseer con intención de distribuir sustancias controladas y de conspirar para lavar dinero. El lunes se reanudan los procesos ante el Pérez Giménez en el Tribunal Federal.
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