Una ola de militantes de paz arropa poco a poco a Puerto Rico con su heroísmo patriotico traducido en blogs. Nos regalan a través de páginas como esta su tiempo en defensa de las calles de nuestra isla, dándole foro a una clase marginada que se resiste a rendir sus vecindarios, y quienes a diario son expuestos a la violencia que esta generación ya acepta como cotidiana. Pero la pregunta impera: ¿Que nos pasó? ¿Cuando “los malos” se volvieron mas fuertes, y empujaron a “los buenos” a embarcar en esta misión informatica y educacional como medida desesperada para recuperar nuestra isla?
Creciendo en vecindarios de clase trabajadora en Carolina (rodeados por barrios pobres con los que compartíamos nuestras escuelas públicas), fuí expuesto desde temprano a actividades ilegales ocurriendo frente a mis ojos. Así aprendí, a no decir lo que veía en la calle, a tirarme al piso si
escuchaba tiros, y que “agua” era sinónimo de “corre” (a menos que quisiera saber como se sentía un macanazo). En mi casa, sin embargo, mi abuelo me enseñó ver, leer o escuchar las noticias (educarme), de Mami aprendí que no significa no (disciplina), y en mis tíos ví el amor por el deporte y por la patria. Me enseñaron a hablar antes de gritar, y a gritar antes de dar. En casa no había excusas para romperle un hueso o sacarle sangre a nadie, y siempre ganaba el que tuviera el mejor argumento, no el que diera mas duro.
Partiendo de ahí he tratado mil veces de comprender el porque mi generación se empeña en dejar un legado de violencia para los puertorriqueños que hoy crecen bajo la influencia de el plomo y la guapería. ¿De donde sale esta sub-cultura de sicarios? ¿Que (y de quién) aprendieron ellos en la calle y su casa? ¿Cuando hacer daño dejó de ser el ultimo recurso? ¿Cuando se convirtió en aceptable el que los mismos politicos se comporten como gangsters? Hoy me arriesgo a explorar esa duda con temor a sabotear mi propia fé patriotica.
La Identidad
Como parte de el proceso de socialización, todos encontramos un sentido de identidad al pertenecer a algo. Ese orgullo nos motiva a hacer cosas para ayudar a nuestro “equipo” (familia, comunidad, país) ganar y sentirnos de esa manera parte de algo mas grande que nosotros mismos. Hoy día leo con espanto los comentarios de gente orgullosa de pertenecer a “combos” dedicados a quitarle hijos a sus madres y a contaminar de miedo nuestras calles. Mi generación dispara y luego pregunta, y resuelven con un “mala mía” la muerte de un inocente. El respeto por la ley y la justicia desaparece poco a poco, según nuevos casos continúan demostrando cuán roto esta el sistema, mandando a la calle sin castigo a criminales de carrera por falta de recursos para procesar y rehabilitar.
El Gobierno
El sistema definitivamente ha fallado y continúa fallando. Administraciones recientes han usado su poder para quitarle mas de lo que le dan al pueblo, y continúan marginando a los que no tienen acceso a la protección que ofrece la educación y la riqueza. Viviendo como colonia de un imperio capitalista hasta el respirar cuesta, y el pobre sobrevive adaptandose a cada dia tener menos.
Aveces leyendo los comentarios en los blogs veo tambien el fracaso de nuestro sistema educativo reflejado en la ortografía y la gramatica de los que usan ese espacio exclusivamente para amenazarse entre si. Extraño los días en que ser ignorante (por no decir bruto) era motivo de vergueza, y para pasar de grado había que leer y escribir decentemente. Ahora lo que importa es cuantas balas caben en tu clip y cuantos morones más puedes “activar” si alguien “te tira.”
¿Ahora Que?
Puerto Rico, la hora de eliminar los estereotipos que se continúan formando con cada tiro y cada muerto es ahora. A veces leo los comentarios dejados en respuesta a los articulos de crimen organizado en blogs como este, y me imagino a la gente decente de Puerto Rico viviendo como Will Smith en la película “I Am Legend.”
Nuestra historia nos describe como una cultura pacífica y justa, y no podemos permitir que la “ley del guapo” nos robe nuestra identidad de pueblo. Llegó el momento de recrear nuestro sentido de comunidad para unidos recuperar primero el respeto de quienes nos gobiernan. Hay que recrear nuestra responsabilidad social y elegir con conciencia los líderes que nos representan. Tenemos que enseñarle a los que vienen el poder que dá el saber, y como usar esos conocimientos para que logren más de lo que nosotros logramos. Hay que renuciar al mantengo y aprender a depender de cada cual, para así no depender de las promesas huecas de los politicos.
Es hora de exhibir nuestros valores de pueblo, y demostrarle a todos para que equipo jugamos. No olviden que somos puertorriqueños primero, y que nos toca a todos preservar y transmitir esos valores que nos definien y nos identifican como nación. Los dejo con palabras del maestro Ruben Blades:
Pobre del país donde lo malo controla,
donde el civil se enamora de la corrupción.
Pobre del país alienado por la droga,
porque una mente que afloja, pierde la razón.
Pobre del país que, con la violencia crea
que puede matar la idea de su liberación.
Pobre del país que ve la justicia hecha añícos
por la voluntad del rico o por orden militar.
Cada nación depende del corazón de su gente,
y a un país que no se vende, nadie lo podrá comprar.
¡No te olvides!
Creciendo en vecindarios de clase trabajadora en Carolina (rodeados por barrios pobres con los que compartíamos nuestras escuelas públicas), fuí expuesto desde temprano a actividades ilegales ocurriendo frente a mis ojos. Así aprendí, a no decir lo que veía en la calle, a tirarme al piso si
escuchaba tiros, y que “agua” era sinónimo de “corre” (a menos que quisiera saber como se sentía un macanazo). En mi casa, sin embargo, mi abuelo me enseñó ver, leer o escuchar las noticias (educarme), de Mami aprendí que no significa no (disciplina), y en mis tíos ví el amor por el deporte y por la patria. Me enseñaron a hablar antes de gritar, y a gritar antes de dar. En casa no había excusas para romperle un hueso o sacarle sangre a nadie, y siempre ganaba el que tuviera el mejor argumento, no el que diera mas duro.
Partiendo de ahí he tratado mil veces de comprender el porque mi generación se empeña en dejar un legado de violencia para los puertorriqueños que hoy crecen bajo la influencia de el plomo y la guapería. ¿De donde sale esta sub-cultura de sicarios? ¿Que (y de quién) aprendieron ellos en la calle y su casa? ¿Cuando hacer daño dejó de ser el ultimo recurso? ¿Cuando se convirtió en aceptable el que los mismos politicos se comporten como gangsters? Hoy me arriesgo a explorar esa duda con temor a sabotear mi propia fé patriotica.
La Identidad
Como parte de el proceso de socialización, todos encontramos un sentido de identidad al pertenecer a algo. Ese orgullo nos motiva a hacer cosas para ayudar a nuestro “equipo” (familia, comunidad, país) ganar y sentirnos de esa manera parte de algo mas grande que nosotros mismos. Hoy día leo con espanto los comentarios de gente orgullosa de pertenecer a “combos” dedicados a quitarle hijos a sus madres y a contaminar de miedo nuestras calles. Mi generación dispara y luego pregunta, y resuelven con un “mala mía” la muerte de un inocente. El respeto por la ley y la justicia desaparece poco a poco, según nuevos casos continúan demostrando cuán roto esta el sistema, mandando a la calle sin castigo a criminales de carrera por falta de recursos para procesar y rehabilitar.
El Gobierno
El sistema definitivamente ha fallado y continúa fallando. Administraciones recientes han usado su poder para quitarle mas de lo que le dan al pueblo, y continúan marginando a los que no tienen acceso a la protección que ofrece la educación y la riqueza. Viviendo como colonia de un imperio capitalista hasta el respirar cuesta, y el pobre sobrevive adaptandose a cada dia tener menos.
Aveces leyendo los comentarios en los blogs veo tambien el fracaso de nuestro sistema educativo reflejado en la ortografía y la gramatica de los que usan ese espacio exclusivamente para amenazarse entre si. Extraño los días en que ser ignorante (por no decir bruto) era motivo de vergueza, y para pasar de grado había que leer y escribir decentemente. Ahora lo que importa es cuantas balas caben en tu clip y cuantos morones más puedes “activar” si alguien “te tira.”
¿Ahora Que?
Puerto Rico, la hora de eliminar los estereotipos que se continúan formando con cada tiro y cada muerto es ahora. A veces leo los comentarios dejados en respuesta a los articulos de crimen organizado en blogs como este, y me imagino a la gente decente de Puerto Rico viviendo como Will Smith en la película “I Am Legend.”
Nuestra historia nos describe como una cultura pacífica y justa, y no podemos permitir que la “ley del guapo” nos robe nuestra identidad de pueblo. Llegó el momento de recrear nuestro sentido de comunidad para unidos recuperar primero el respeto de quienes nos gobiernan. Hay que recrear nuestra responsabilidad social y elegir con conciencia los líderes que nos representan. Tenemos que enseñarle a los que vienen el poder que dá el saber, y como usar esos conocimientos para que logren más de lo que nosotros logramos. Hay que renuciar al mantengo y aprender a depender de cada cual, para así no depender de las promesas huecas de los politicos.
Es hora de exhibir nuestros valores de pueblo, y demostrarle a todos para que equipo jugamos. No olviden que somos puertorriqueños primero, y que nos toca a todos preservar y transmitir esos valores que nos definien y nos identifican como nación. Los dejo con palabras del maestro Ruben Blades:
Pobre del país donde lo malo controla,
donde el civil se enamora de la corrupción.
Pobre del país alienado por la droga,
porque una mente que afloja, pierde la razón.
Pobre del país que, con la violencia crea
que puede matar la idea de su liberación.
Pobre del país que ve la justicia hecha añícos
por la voluntad del rico o por orden militar.
Cada nación depende del corazón de su gente,
y a un país que no se vende, nadie lo podrá comprar.
¡No te olvides!
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