Hace más de un año que en Puerto Rico, empezaron a aparecer los billboards con la fecha del Juicio Final. Al lado, uno de los rótulos ubicado en la carretera PR-3 entre Luquillo y Fajardo. (Primera Hora / Pipo Reyes)
Arys L. Rodríguez Andino / Primera Hora
Con un sistema matemático inventado por él mismo, un ingeniero octogenario determinó, después del estudio minucioso de la Biblia, que el día del Juicio Final ya tiene fecha y hora. Hoy a las seis de la tarde.
Aunque no es exactamente un pastor, Camping predica su interpretación de la Biblia en Family Radio, estación fundada por él en California en 1961.Así, sin paños tibios, Harold Camping, un radiodifusor con múltiples estaciones que también se pueden escuchar en la Internet, asegura que un gran terremoto, que superará en intensidad al de Japón, dará inicio al apocalipsis bíblico. Cinco meses después, el 21 de octubre, no quedará rastro de la Tierra ni de sus habitantes. Los que Dios haya escogido, por supuesto, se irán en el rapto y no tendrán que vivir ni presenciar el horror del final.
Los billboards con el aviso, que empezaron en Estados Unidos, han recorrido el mundo y están redactados en el idioma oficial del país donde se colocan. Puerto Rico, por supuesto, no ha sido la excepción, y los mensajes han sido desplegados en diferentes zonas del país. Hasta en los quioscos de Luquillo hay uno.
Una cita de Ezequiel 33 que habla de tocar la trompeta y avisar al pueblo abre la página oficial de FamilyRadio.org, en la cual el hombre de 89 años, graduado de Berkeley, difunde en varios idiomas sus mensajes tanto en texto como en audio. La página tiene, además, un calendario con el conteo regresivo del día final.
Ayer decía que faltaba un día. Hoy debe decir que el tiempo se acabó.
Como ningún evento está completo sin algún tema musical, el Día del Juicio tiene su propia canción, una melodía que se puede escuchar en ebiblefellowship.com.
En múltiples entrevistas, el hombre ha repetido que no tiene la menor duda de que hoy es el Día del Juicio y ha asegurado que no tiene ningún plan para disculparse si no ocurre porque, sencillamente, ocurrirá. “It is going to happen”, ha dicho una y otra vez.
Al obispo episcopal David Álvarez no le extraña el discurso de Camping porque “en todas las épocas los han habido”. No obstante, fue una carcajada lo primero que le salió cuando se le preguntó del vaticinio del fin del mundo.
“La Biblia no es un libro de ciencia ni de astronomía. La Biblia no tiene ninguna validez en términos astronómicos ni ciencia en el sentido de que se puedan hacer cálculos sobre el fin del mundo”, expresó, al cuestionar las supuestas verdades ocultas descubiertas por el octogenario a través de la numerología.
Para el obispo, estas predicciones, aunque sea en boca de llamados cristianos, no son otra cosa que “artimañas con otros intereses”.
“Se llaman milenialistas y en todas las épocas los han habido. Ha habido mucha gente que lo ha predicho y llega el día y no pasa nada. Eso es manipuleo de la fe, o de la necesidad de fe y esperanza mediante el miedo”, analizó el también psicólogo clínico.
El sacerdote dominico Félix Struik catalogó como “soberbia” que una persona cristiana pretenda saber lo que, según la Biblia, no conoce ni Jesús.
“Cuando Cristo habla sobre el final del mundo, él dice: 'De aquel día y de aquella hora nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo ni el propio hijo'. Yo digo, si Cristo no sabe, ¿quién eres tú para saber más que Cristo? Eso es soberbia”, expresó.
Acerca de la numerología, el secretario ejecutivo del Concilio de Iglesias, Ángel Luis Rivera Agosto, señaló que la Biblia “apunta a significados más profundos que el mero cálculo”.
“Todos aquellos vaticinios que se puedan dar que tengan que ver con cálculos de fecha y hora chocan con gran parte del texto bíblico”, afirmó.
El orgullo gay es una de las cosas que Camping señala como una confirmación de la proximidad del final. “Cuando uno ve que la Biblia tiene temáticas tan amplias, la Biblia se puede usar para justificar todo, desde la democracia hasta la dictadura”, observó Rivera Agosto, quien reiteró que lo importante es la práctica de Jesús.
El secretario del Concilio no le atribuyó a Camping alguna mala intención, pero advirtió que escudriñar a veces hace que la gente caiga en errores. “Hay muchas personas que de buena fe leen las Escrituras y hay textos que se pueden leer de manera sencilla, pero al escudriñar se puede caer en representaciones erradas y muchas veces se interpreta el texto desde los propios miedos y frustraciones”, profundizó.
Con esa afirmación coincidió el obispo Álvarez , quien reiteró que la Biblia no tiene la finalidad de mostrar cosas ocultas. “No hay nada que escudriñar. Está todo dicho y manifestado en la persona de Jesucristo”, insistió.
Más allá de los vaticinios y del texto bíblico, el obispo manifestó que el fin del mundo “lo estamos causando nosotros”. “Son nuestras acciones lo que lo está destruyendo: la falta de valores humanos, de respeto, los prejuicios étnicos y religiosos, de identidad sexual. Así sí que nos estamos destruyendo y acabando con el mundo porque ése no es el mundo que Dios quiere”, señaló.
Al anticipar que de la misma manera que en 1994 no ocurrió nada, a pesar del vaticinio de Camping de que el mundo acabaría, Álvarez adelantó que el gurú del fin del mundo seguramente dirá que Dios le reveló otra fecha.
“Deja que llegue y pase”, manifestó.
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