los webos. El chamaco estaba bien enfurecido y nos decía comentarios tontos como “cabeza de culo” y “casco de paloma”. Cuando se acabo el juego, el chamaco se fue llorando para su casa luego de pasar un bochorno con el corillo. Que sucede, un pana mío que se pasaba jodiendo a la gente, me bajo los pantalones y se llevo consigo los calzoncillos de Pac Man. Cuando se dieron cuenta todos me miraron los webos y notaron que tampoco tenia pelo. Me vacilaron todo ese día y se lo contaron a una nena que me gustaba que vivía cerca. No salí por casa a jugar baloncesto por casi 4 meses.
Fue doloroso al principio, pero es un cuento que me hace reir cada vez que lo recuerdo. Cuéntame si te ha ocurrido algo parecido y que hiciste al respecto.
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