Agencia EFE
Nueva York.- Los cuatro periodistas de The New York Times liberados el lunes tras pasar casi una semana en manos del régimen de Muamar el Gadafi fueron objeto de maltratos y les amenazaron con ejecutarlos durante su cautiverio, informó hoy el rotativo estadounidense.
Uno de los soldados golpeó con el puño la cara de la única mujer del grupo, la fotógrafa Lynsey Addario, y posteriormente le manoseó los senos, acción que repitieron otros militares a lo largo de los siguientes dos días.Los periodistas explicaron al diario que fueron capturados el martes pasado cuando soldados gubernamentales detuvieron el vehículo en el que viajaban en un puesto de control de una carretera del este de Libia."Escuché en árabe: dispárales. Todos pensábamos que aquí se acababa todo", explicó en declaraciones al diario Anthony Shadid, ganador de dos Pulitzer y responsable de la oficina de la publicación en Beirut.Sin embargo, al darse cuenta de que eran estadounidenses decidieron atarles las extremidades con cables, una bufanda y cordones, siempre según la misma fuente.
Uno de los soldados golpeó con el puño la cara de la única mujer del grupo, la fotógrafa Lynsey Addario, y posteriormente le manoseó los senos, acción que repitieron otros militares a lo largo de los siguientes dos días.Los periodistas explicaron al diario que fueron capturados el martes pasado cuando soldados gubernamentales detuvieron el vehículo en el que viajaban en un puesto de control de una carretera del este de Libia.
"Todo hombre con el que entramos en contacto me palpó cada pulgada del cuerpo, excepto lo que estaba debajo de la ropa", relató la periodista al Times.Sus captores mantuvieron varias horas a Shadid y Addario, junto a sus compañeros Tyler Hicks y Stephen Farrell, en la localidad de Ajdabiya y luego los sacaron de la población de madrugada.Durante el camino, uno de los soldados amenazó a Hicks con decapitarlo, mientras que otro aseguraba a Addario que iba a morir esa misma noche, según el Times.En los varios controles de carretera en los que se detuvieron a lo largo del camino, nuevos grupos de soldados se encargaban de golpearlos con los puños o propinarles golpes con la culata del fusil, explicaron los periodistas.
Finalmente, los subieron a un avión que los transportó a Trípoli, donde el trato mejoró y los alojaron en una residencia para huéspedes del Gobierno mientras se finalizaban las gestiones para su liberación.Los cuatro fueron entregados el lunes a la custodia de diplomáticos de Turquía, que medió en las negociaciones, quienes posteriormente los condujeron hasta la frontera con Túnez.
Finalmente, los subieron a un avión que los transportó a Trípoli, donde el trato mejoró y los alojaron en una residencia para huéspedes del Gobierno mientras se finalizaban las gestiones para su liberación.
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