Jaime González
BBC Mundo, Los Ángeles
En un futuro no muy lejano, una entrada de cine podrá llegar a costar US$150 y la oferta de películas en la gran pantalla se reducirá a un puñado de superproducciones que permanecerán en cartel durante meses y meses, lo que hará que las cintas más alternativas, si llegan a rodarse, se estrenen directamente en la televisión o en internet.
Estas predicciones tan agoreras no las ha hecho ningún gurú de la industria cinematográfica ni los ejecutivos de los grandes estudios de Hollywood sino dos de los directores estadounidenses más prestigio, Steven Spielberg y George Lucas.
"El gran peligro es que en algún momento se va a producir un colapso. Va a haber una implosión en la que tres o cuatro o incluso media docena de estas películas con grandes presupuestos se van a estrellar y eso cambiará la forma de hacer películas otra vez", aseguró Spielberg, quien confesó que su último filme, "Lincoln", estuvo a punto de no estrenarse en los cines.En una charla celebrada hace unos días en una escuela de cine de Los Ángeles, ambos expusieron una visión un tanto pesimista del estado del séptimo arte en EE.UU. que, en su opinión, está llegando a un punto de no retorno debido a la hegemonía de las grandes producciones y del creciente consumo de contenidos audiovisuales en internet.