(Primera Hora / Ilustración / Miguel Bayón)
Bárbara J. FIgueroa Rosa / Primera Hora
Los más de 11,000 confinados que permanecen tras las rejas en el país están un poquito hartos del menú que ofrece la dieta del Departamento de Rehabilitación y Corrección y pidieron que les trajeran pollo crujiente de K FC.
Al principio, la idea parecía un poco alocada. Pero luego, el secretario de Corrección, Carlos Molina, lo pensó con detenimiento y dijo: “¿Por qué no?”. Ja, y de una vez se sacan unos chavitos para un fondo especial de becas para los hijos de los confinados.
Umjú. Resulta que desde hace tres meses los reos boricuas tienen el break de comprar un domingo al mes un combo especial de la cadena del restaurante que consiste en dos presas del pollo frito empanado con la receta secreta del coronel Sanders, refresco, papitas fritas o algún otro complemento del menú. Y de paso, cuando compran el combo, donan $1.00 a un fondo de becas que se creó con la intención de donarle $400 a un grupo de estudiantes destacados, hijos de los confinados del país.
Así lo explicó a Primera Hora el secretario de Corrección, al indicar que tras pensarlo por un tiempo accedió a la petición de los reos, quienes están juqueaos pidiendo sus combitos de pollo.
“Es algo histórico el hecho de que una vez al mes los confinados tengan oportunidad de comprar comida de afuera”, dijo Molina, a quien de primera intención le solicitaron permiso para que los familiares pudieran llevarles sus fiambreras los fines de semana.
“Pero a eso les dije que no. Es que ahí hay más riesgos de que se pasen drogas, celulares, y ésas son cosas que tenemos que evitar”, explicó.
“Nuestra responsabilidad es darles tres comidas al día y cumplimos con eso. Yo sé que tal vez el menú no es tan delicioso como el que hacen sus abuelas que, seguramente, raspan hasta el pegao, pero tienen sus tres comidas seguras. Pero, ellos querían otra cosa”, dijo sobre aquella primera conversación que culminó con la iniciativa de la kentockita del confinado.
Fue entonces cuando los reos les hablaron de la oportunidad de comer pollo frito.
“Por alguna razón querían pollo. Aparte que el hamburger es más peligroso en términos de seguridad porque cogen la carne, la empaquetan y ahí también se pueden filtrar bolsitas de drogas y otras cosas... y uno ponerse a abrir cada hamburger. ¡Imagínate!”, dijo queriendo explicar que no se trata de preferencias con una cadena de fast food en particular.
“De hecho, recibimos propuestas de otros restaurantes de pollo. Pero luego de evaluarlas, Kentucky era lo más barato y lo que a ellos les gusta. Además, les sale más barato que a cualquier persona que lo compre en la calle”, manifestó Molina sobre el combo que se vende en $5 y se le entrega a cada reo en su celda.
Molina explicó que cada confinado interesado en su cajita de pollo debe anotarse en una lista y tiene la oportunidad de comprar hasta dos combos. El costo de la comida se le debita de su cuenta de ahorros días antes de la entrega, que usualmente se hace un domingo al mes.
“Para nosotros ha sido superefectivo, aparte de que hay una aportación para algo que es de beneficio para ellos mismos”, dijo en alusión a la beca que se otorgará a partir de agosto.
“Los estudiantes serán seleccionados por un comité especial que creamos y al que pertenecen confinados, algunos hijos de reos y personal de Corrección”, dijo sobre el otorgamiento de fondos que iniciará en agosto, justo cuando comienza el nuevo año escolar.
“De primera intención vamos a dar 50 becas y 10 de ellas son para jóvenes que estudiarán en alguna universidad del país... es un proyecto tremendo”, dijo.
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