“Es lo que esperábamos. Sabíamos que no iba a ser fácil, pero hallamos la forma de llevarnos la serie”, dijo el armador Rajon Rondo luego del cuarto partido el domingo. “No habíamos barrido a un equipo desde hace mucho tiempo, por lo que nos deja buen sabor de boca”, añadió.
Núcleo rejuvenecido
Ante los Knicks, Boston lució en su mejor forma, como el equipo que ganó el título en el 2008. Aunque es muy cierto que Nueva York no contó con Chauncey Billups desde el primer partido y Amar'e Stoudemire jugó con dolores de espalda, los Celtics dejaron sin posibilidades a unos Knicks que entraron a la serie con altas expectativas.
Por Boston, cuatro titulares promediaron por encima de quince puntos en los cuatro partidos de la serie, encabezados por Paul Pierce, quien promedió 22.3.
Luego del encuentro del domingo, Pierce, de 33 años, demostró la veteranía que poseen los Celtics al enfatizar que, aunque la serie estaba 3-0, no iban a dar nada por sentado.
“Todos entendieron lo que nos estábamos jugando. Si le das a un equipo confianza, con todo y ventaja de 3-0, nunca sabes lo que puede suceder”, expresó Pierce.
¿Rodillas nuevas?
Cuando Kevin Garnett se lesionó su rodilla derecha en la temporada 2008-2009, lo que causó que se perdiera toda la postemporada, muchos pensaron que estaba acabado.
Pero Garnett no sólo regresó para guiar a los Celtics a la serie final del año pasado, sino que comenzó con el pie correcto esta edición de los playoffs.
Garnett promedió 15.5 puntos en la serie y 11.3 rebotes, ambos promedios superiores a los que acumuló la pasada postemporada (15 puntos y 7.4 rebotes).
“Vinimos aquí concentrados en eliminar este equipo. No queríamos regresar a Boston para jugar otro partido”, enfatizó Garnett, de 34 años, en declaraciones publicadas por el diario Boston Globe.
Por otro lado, otro de los veteranos del Big Three, Ray Allen, les hizo recordar a los fanáticos de los Knicks a otra figura que, por años, les causó pesadillas desde la línea de tres puntos.
Con una sangre fría comparable a la de Reggie Miller, Allen tuvo una espectacular serie desde la línea de tres puntos y sentó la base para el resto de la postemporada.
Allen, de 35 años, acumuló un impresionante porcentaje en los cuatro partidos en tiros de larga distancia, 65% al acertar 17 de los 26 canastos que intentó de tres puntos. De igual manera, terminó la serie como el segundo mejor anotador de los Celtics, con 22 puntos por partido.
Pero el motor de los verdes tiene nombre y apellido: Rajon Rondo. Los “tres grandes” necesitan de su cerebro para funcionar, y Rondo se ha convertido en esa pieza clave. El armador no tan “viejito” (pues tiene 25 años) sigue consolidándose como uno de los mejores de la NBA en su posición, y en el tercer partido quemó a los Knicks con un increíble total de 20 asistencias. Finalmente, cerró la serie con promedios de 19 puntos y 12 asistencias.
Desfavorecidos
Boston comenzó la postemporada como el tercer clasificado en el Este y sexto en general en la NBA. Con toda probabilidad enfrenten al Heats de Miami en la segunda ronda, un equipo que a principio de temporada era visto como el favorito en el Este. Pero para el dirigente de los Celtics, eso no es un problema.
“Escojan todos esos otros equipos, nosotros preferimos eso. ¿Cuál lugar tenemos, el tercero? ¿Tercero en el Este? Me encanta nuestro equipo. A veces hacemos cosas que nos ponen locos, pero al final del día, jugamos como un equipo y confiamos uno en el otro. Y como un coach, eso es todo lo que puedes decir”, sentenció Rivers.
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