Como parte de la cultura de las cárceles del país, los confinados que son condenados por hacer daño a mujeres, niños y ancianos no pueden estar en conjunto con los Ñeta, aunque Corrección es quien establece los procedimentos de entrada a las instituciones penales (Primera Hora / Archivo / Juan Luis Martínez)
Primera Hora
“A estos que hoy hacen llorar a la madre de un inocente, los confinados Ñeta le recordaron que mañana sus madres son las que van a llorar una vez caigas tras las rejas y vean en lo que se convierten sus vidas. Peor aún, que encuentren la muerte en la calle de la misma forma en que ellos están cometiendo sus asesinatos”.
“En otra época, los asuntos de la calle se resolvían entre ‘los vaqueros’, y no contra sus familiares o los que se encontraban a su alrededor al momento de cometer una fechoría”, agrega la comunicación, que recuerda que los Ñeta “estamos y estaremos en contra del abuso sistemático”.Con esa contundente advertencia, la Asociación Pro Derechos del Confinado (Ñeta) les anticipó a los gatilleros que disparan a mansalva lo que les espera cuando caigan en la cárcel.
En un comunicado de prensa, los Ñeta lamentaron que los gatilleros anden “disparando a todo lo que se mueve” obviando la ley de la calle de resolver sus asuntos entre “los vaqueros” y no involucrar a familiares ni a personas desconocidas inocentes.“La filosofía de vida carcelaria de la Asociación Ñeta no permite la convivencia de personas que están ‘como carritos locos o rifles de feria’, cometiendo delitos contra ciudadanos inocentes ajenos a las guerras del bajo mundo”, lee el comunicado enviado a los medios.
“En otra época, los asuntos de la calle se resolvían entre ‘los vaqueros’, y no contra sus familiares o los que se encontraban a su alrededor al momento de cometer una fechoría”, agrega la
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