Raisa González González fue velada en la casa de su madre, quien le colocó en las manos un corazón con chocolates. (Para Primera Hora / Rafael Pichardo)
Sara M. Justicia doll / Primera Hora
De rojo y negro, como vestida para celebrar hoy el Día del Amor y la Amistad, Raisa González González, de 28 años, yacía ayer en un ataúd expuesto en la residencia de su madre, María González, en Bayamón.
Actualmente, se destacaba como líder de un equipo de voleibol de niños y un centro de cuido.Fue precisamente doña María quien le colocó en las manos un corazón lleno de chocolates.
Y es que en vida, Raisa fue descrita como una joven amorosa, dada a los demás, amigable, a quien le daba gusto hacer sentir bien a los que le rodeaban.
En meses recientes había terminado sus estudios para convertirse en maestra certificada del sistema Head Start.
Ayer, en medio del velorio, sus seres queridos hicieron saber que están dispuestos a levantar el velo de misterio que ha cubierto su muerte, ya que aún no se puede establecer si se trató de un caso de violencia doméstica.
Raisa fue encontrada muerta, con la cabeza cubierta y parte del cuerpo desnudo, por su hijo Jared, cuando éste llegó de la escuela para enseñarle una buena nota de un trabajo que habían hecho juntos.
Tenía una blusa sobre los senos. Un cable de una extensión eléctrica estaba amarrado en el cuello.
El niño halló a su madre con las manos en posición de defensa. Al parecer, intentó defenderse del asesino y le arrancó pelos y piel.
“Él está devastado. Afortunadamente está con su papá, que es alguien en quien confiamos. En realidad, nosotros nunca supimos si alguien la había amenazado o algo, porque Raisa nunca mostró miedo, se reservaba esas cosas. No divulgaba nada. Fue después de lo que sucedió que nos enteramos de que quería que le cambiaran las cerraduras de su apartamento en el residencial Rafael Falín Torrech”, expresó ayer el hermano de la infortunada, Wilbert.
Tristemente, agregó, su hermana es víctima de la ley del silencio que marca muchos crímenes que se cometen en la Isla contra personas inocentes.
“Nadie escuchó, nadie vio”, dijo.
Dos sospechosos en la miraAl hermano de Raisa sólo le vino a la cabeza como sospechoso un hombre con el que ella sostuvo una relación.
“En verdad, no podemos pensar en más nadie, ella callaba mucho. Moveremos cielo y tierra por dar con el responsable. Mi hermana era una persona alegre que tenía muchos planes”, agregó.
Sin embargo, una fuente de la alta jerarquía policial confirmó que agentes de la División de Homicidios de Bayamón estuvieron trabajando todo el fin de semana con dos potenciales sospechosos.
Los uniformados fueron a la casa de una de las ex parejas de Raisa y lo llevaron al Instituto de Ciencias Forenses para que se le tomaran pruebas de ADN.
También los agentes se movilizaron a otro lugar de la Isla para hacer este mismo trámite con otra ex pareja de la joven ultimada.
Habrá que esperar los resultados de dichas pruebas. La Uniformada no descarta que este asesinato haya sido por violencia doméstica.
“tienen que tomar la justicia en sus manos”“En Puerto Rico tenemos que hacer como en otros países del mundo. No es por ofender, pero aquí la Policía no sirve y las comunidades tienen que tomar la justicia en sus manos. Nosotros estamos atravesando un fuerte dolor y una profunda pena”, dijo Wilbert.
Éste indicó que aún desconocían si la enterrarían hoy o mañana en el cementerio Porta Coeli, en Bayamón.
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