Empleado de Asume abusaba de sus hijastras

 (Primera Hora / Gerald López-Cepero)

Mariana Cobián / Primera Hora

Dos hermanas callaron por años que su padrastro, Juan Rubert Rodríguez, las tocaba y que a una la agredió sexualmente.

Contra el empleado de una de las dependencias sombrilla del Departamento de la Familia se radicaron ayer 12 cargos de actos lascivos y uno por agresión sexual. Ocho cargos por actos lascivos se relacionan con la adolescente de 17 años, mientras que los demás corresponden a la de 13, al igual que la agresión sexual.Pero este patrón de abuso por parte del oficinista III de la Administración de Asuntos de Menores (Asume) contra las niñas

de 17 y 13 años -que se extendió desde 2002 hasta marzo de este año- terminó este mes, cuando la mayor relató lo que estaba pasando a su cuñada, Diana y él mismo confesó los hechos, pero sólo los relacionados con la hermana menor.

No obstante, la madre de las hermanas, Rosa Morales Reyes, no les cree y estaba acompañando a su esposo, de 53 años, durante el proceso.

El juez Joel A. Cruz Hiraldo, del Tribunal de Bayamón, encontró causa para arresto y le impuso una fianza de $44 mil que no pudo prestar, por lo que fue encarcelado ayer.

La vista preliminar se citó para el 29 de abril.

La fiscal Lynette Velázquez y la agente Dafne Nevárez, de la Unidad de Delitos Sexuales de Bayamón, indicaron que el vecino del barrio Hato Nuevo, de Guaynabo, convivía desde hace ocho años con la madre de las niñas, cuando tenían nueve y cinco años, respectivamente.

Inacción de familia

El 1 de abril, Diana Machuca, notó que algo no estaba bien e insistió en hablar con su cuñada, quien le dijo que se había ido de su casa.

Machuca fue a buscar a la jovencita de 17 años a Carolina y fue entonces que le dijo que tenía problemas en su casa, “pero jamás me imaginaba que era algo tan serio”.

La hermana de su esposo le contó que los hechos ocurrían mientras Rubert Rodríguez las cuidaba, específicamente en días festivos, ya que él estaba libre y su madre trabajaba.

Preocupada porque la más pequeña seguía viviendo con el alegado agresor, al día siguiente llamó a la línea de emergencia del Departamento de la Familia.

Las llamadas fueron diarias, hasta que el jueves se cansó de esperar que actuaran y acudió a la Policía. Ese mismo día, removieron a la menor y ahora está bajo su cuidado.

Cuando se le preguntó si la falta de atención en el caso por parte de Familia era porque él es empleado de la agencia, contestó: “Estoy segurísima que es por eso”.

“Las dos están bien afectadas, especialmente la chiquita porque hubo penetración, que ya es más fuerte”, dijo.

La familiar destacó que nunca dudó de la versión de las niñas, y la prueba médica confirmó su relato, y “con más razón me moví y no descansé hasta que las tenía conmigo”.

En cuanto a la madre de las víctimas, Machuca se limitó a opinar, “allá ella con Dios”.

El administrador de Asume, Waddy Mercado, aseguró que hoy mismo se reunirá con la directora de Recursos Humanos y la asesora legal para evaluar el protocolo por seguir contra el empleado, que lleva trabajando en la dependencia desde hace 15 años.

Mercado confesó estar “asombrado y un tanto decepcionado porque somos el crisol de vergüenza, de moralidad y de esperanza para los menores”.

En cuanto a las alegaciones de Machuca, la secretaria de la Familia, Yanitsia Irizarry, indicó por escrito que “inmediatamente se recibió el referido, personal de la unidad de investigaciones especializadas atendió el mismo”.

“Al percatarnos que el alegado perpetrador era empleado de una administración adscrita al Departamento de la Familia, se ordenó el mismo día el traslado de la investigación a otra región en cumplimiento de nuestro deber ético”, manifestó Irizarry.