Lo identificó como dueño de la cocaína que importó por años en Nueva York.Vídeo
Por Limarys Suárez Torres /lsuarez1@elnuevodia.com
Uno de los grandes importadores de cocaína en Nueva York y actualmente convicto, Víctor Meléndez, hundió ayer a su ex socio Ángel Manuel Ayala Vázquez, conocido como Ángelo Millones, al asegurar que éste era el dueño de la cocaína que recibió en suelo norteamericano por varios años.
En un testimonio devastador para el presunto capo más grande en Puerto Rico por la pasada década, Meléndez relató que Ayala Vázquez lavaba su dinero del narcotráfico comprando vehículos lujosos, embarcaciones, carros de carrera y en las reconocidas fiestas navideñas en el residencial público José Celso Barbosa en Bayamón.
Durante el directo, el primer testigo de la Fiscalía Federal, representada por Timothy Henwood, Olga B. Castellón, Jenifer Y. Hernández y Maritza González, relató que desde el 2006 traficó múltiples kilos de cocaína que Ángelo Millones traía a Puerto Rico desde la República Dominicana y luego le enviaba a Nueva York.
El contacto e intermediarios para esas transacciones eran Elvin Torres Estrada, alias Muñecón, y Samuel Negrón Hernández, conocido como Sammy Tostón, quienes eran dos de los máximos líderes de la presunta ganga de Ayala Vázquez y que aceptaron un acuerdo de culpa la semana pasada con el gobierno, dejando así solo en juicio al máximo líder de “El Combo que no Se Deja” o “El Combo de los Setenta”.
A preguntas de Henwood, el convicto importador de cocaína relató que todas las semanas recibía en Nueva York varios kilos de cocaína que le enviaba Muñecón o Sammy Tostón a través del correo y luego a través del aeropuerto.
“¿Quién era el dueño de esa droga?”, cuestionó el fiscal federal.
“Elvin, Sammy, yo y Ángelo”, aseguró el capo mientras Ángelo Millones soltó un suspiro al escuchar ser implicado directamente con el narcotráfico.
Ese pequeño suspiro, junto a unos breves segundos en que cerró sus ojos, ha sido la única expresión notable que ha tenido Ayala Vázquez durante el juicio en su contra.
Meléndez, a quien también se le conoce como El Viejo o Flaco, y fue el “bichote” del residencial Torres de Sabana en Carolina en los 90, habló con Ángelo Millones en una ocasión en Nueva York durante una de las peleas de boxeo de Miguel Cotto con Zab Judah.
“Estaban en la pelea y uno de los ‘shipment’ se había tardado en vender y estábamos Muñecón, Brione y yo en la conversación y Ángelo me dijo que con lo de él, él no tenía prisa y que lo cogiera con calma”, señaló.
Meléndez indicó haber presenciado la reconocida fiesta de Navidad en el residencial José Celso Barbosa con reconocidos artistas, entre los que mencionó Don Omar y Héctor El Father, y dijo que Ayala Vázquez era quien la financiaba.
“Eran eventos musicales con muchos artistas, pantallas gigantes, sistemas de sonido, de explosión y con áreas VIP... Me sentaba en el trailer de Muñecón y Ángelo. Tenían un área VIP en los trailers para cierta gente, mayormente para narcotraficantes”, destacó mientras aseguró haber visto a Ayala Vázquez en la fiesta armado.
Asimismo Meléndez mencionó que Ayala Vázquez manejaba un Lamborghini gris a nombre del lanzador cubano de los Nacionales de Washington en las Grandes Ligas, Liván Hernández, una minivan, un Mercedes y una guagua Range Rover.
Durante el contrainterrogatorio a cargo del abogado de Ayala Vázquez, Frank A. Rubino, Melédez puntualizó que su ex socio compró el Lamborghini a nombre de Liván Hernández con dinero del narcotráfico.
“¿Sabe cómo lo consiguió?”, cuestionó Rubino.
“Me imagino que con dinero del narcotráfico porque como barbero no creo que pudiese comprar un Lamborghini”, respondió Meléndez.
En su turno de preguntas Rubino intentó atacar la credibilidad de Meléndez al establecer que el capo testificó contra Ayala Vázquez sólo para salvarse de una pena de prisión de por vida.
Asimismo Rubino llevó a Meléndez a relatar que en una ocasión pagó soborno a dos policías en Torres de Sabana.
Por otra parte, la Fiscalía Federal sentó ayer en la tarde a Miguel Antonio Montes Nieves, un convicto amigo de infancia de Ángelo Millones, quien comenzó a relatar como su socio creció en el narcotráfico después de la muerte de un tal Steven.
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